Jun 29 2011
Artrópodos en el ecosistema, II – Jana
Hoy ha sido un día muy diferente al de ayer. Para empezar hemos tenido que estar a las 9 (y no a las 10 como ayer) así que he estado un poco antes porque sabía que me iba a costar encontrar el laboratorio un rato largo.
Una vez allí, nos han dicho que nos íbamos al campo, a Belén (mi compañera) y a mí nos ha cogido de sorpresa. Yo hacía muchos años que no iba a l’Albufera Sobre las 10 hemos llegado al Palmar, un pueblo que hay justo al lado de l’Albufera, dónde nos han presentado a dos estudiantes de cuarto año. Ellos también nos han ido explicando las características de algunas plantas como l’espartina o el palustre y a que tipo de ave era cada una de las que veíamos.
Hemos estado recorriendo distintos caminos dentro de l’Estell y alrededores, donde habían trampas para los distintos seres que habitan esas zonas. Las trampas se renuevan cada semana, las que hoy hemos visto son tres:
▪ Mediante un aspirador se absorben los distintos seres que están en un determinado tipo de plantas. Este aspirador que lleva introducido una media que sirve para almacenar todos los seres que se encuentran en dichas plantas y poder estudiarlos posteriormente.
▪ Se realiza un agujero en la tierra, de tal profundidad que al colocar un vaso de plástico el borde quede al ras de la tierra. En el recipiente se introduce un líquido concreto que atrae a los seres. Conviene colocar una red o rejilla para evitar que pájaros y similares caigan en esta trampa.
▪ Trampas amarillas son unos plásticos amarillos cubiertos de una sustancia pegajosa, como un pegamento de larga duración pero que no sea tóxico.
Estas trampas se utilizan como control de las plagas de insectos. Ninguna de estas trampas contamina el medio ni causa daño al resto de seres. Es muy efectivo, ya que permite controlar la población de insectos y animales. Estas trampas se renuevan cada semana. Y es lo que hemos estado haciendo hoy, ayudar a recoger las trampas de la semana pasada y colocar nuevas.
También hemos estado cazando mariposas y libélulas con unos “cazamariposas”. Cuando conseguíamos atrapar alguna, la poníamos en un recipiente para determinar su especie y así saber que especies abundan y escasean en la zona. Para saber eso, también hemos hecho muestreos visuales. Esos muestreos consisten en determinar una zona y estar observando durante 2 minutos la cantidad de libélulas y mariposas que se encuentran y la especie a la que pertenecen. Con estos datos se realizan unas tablas que más adelante nos permitirán analizar los cambios y lo que significa que la presencia de unas especies o de otras.
Además de una divertida experiencia, ha sido muy interesante. Estoy segura de que uno aprende mucho más observando por si mismo y tocando con sus propias manos que en una clase con libros.
Jana
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